De acuerdo con la dirección de Comercio Exterior de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), la alimentación de México depende en su mayoría del mercado externo, por lo que cualquier cambio en las normas internacionales perjudicaría directamente el bolsillo de los compradores.
Apenas el lunes el representante de Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) Robert Lighthizer, cuestionó algunos de los aspectos que actualmente rigen el comercio internacional.
Entre lo que mencionó que no es posible “sostener una situación en la que las nuevas reglas sólo se apliquen a unos pocos”.
Armando Prado Rojas, titular de Comercio Exterior de Canaco, explicó que el principal problema de México es que su mercado interno no es lo suficientemente fuerte para satisfacer la demanda de consumo nacional, por lo que es necesario recurrir a las importaciones.
Actualmente, bajo el amparo del decreto fronterizo entran a la región diferentes productos a tasas mínimas que van de 0 a 5 por ciento. Pero la vigencia del decreto termina en diciembre de 2019.
Ya de por sí los alimentos importados han subido, en parte debido a la cotización peso-dólar.
Entre los productos que más se han encarecido este año están los cárnicos. De acuerdo con un comparativo de precios hecho con las tarifas difundidas por diferentes tiendas, la carne de res para deshebrar está hasta 30 por ciento más cara, la pechuga de pollo, 10 por ciento y la carne molida, 8 por ciento.
La papa americana se vende en tiendas en 9.99 pesos el kilo, una diferencia de 25 por ciento contra su valor a finales de noviembre de 2016.
La lechuga, que aquí se comercializa proveniente de Estados Unidos, tiene un precio actual de 13.99 pesos y el año pasado era de 6.99 pesos, una diferencia de 103 por ciento.
En varias ocasiones el Gobierno de Donald Trump ha adoptado una posición proteccionista, remarcando que la OMC necesita reformarse.
Ante ello analistas auguran que cualquier cambio afectaría al comercio e incluso la industria manufacturera de Ciudad Juárez.