La aprobación de la iniciativa de reforma eléctrica es crítica y fundamental para garantizar la seguridad alimentaria nacional y seguir avanzando en la disminución de las desigualdades entre el campo y la ciudad, entre regiones y tipos de productores del campo, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera.
Al encabezar la conferencia 32 del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, que organiza la Secretaría de Agricultura, el funcionario llamó a difundir profusamente entre los agentes del campo los detalles y bondades que ofrece esta iniciativa legal, “entre las que destaca un nuevo régimen para la planeación y control de la electricidad y el sistema eléctrico nacional en manos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y también la soberanía nacional en minerales estratégicos, pues concibe que el litio y otros minerales serán bienes del dominio de la nación de manera inalienable e imprescriptible”.
En la conferencia, cuyo tema fue “Reforma eléctrica y sus implicaciones en el medio rural”, Víctor Suárez afirmó que la iniciativa se inscribe en el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación de “desmontar las políticas neoliberales que fueron impuestas en los últimos 36 años en detrimento del interés nacional y del bienestar y de los derechos de los mexicanos”.
Consideró clave que se impulse la confiabilidad del sistema eléctrico nacional como un sistema de servicio público nacional.
“Sin la electrificación de la CFE, no habría electricidad en 95 por ciento de las localidades rurales”, observó.
Manifestó rechazo a la campaña que cúpulas empresariales realizan en contra de la reforma eléctrica.
“Es el momento de asumir que estamos dando una lucha histórica, donde nada más hay dos campos, los de interés nacional y derechos de toda la población, y los campos de los intereses externos, oligárquicos, que impulsan a que México pierda soberanía nacional y pierda la posibilidad de tener un desarrollo autónomo, soberano y con dignidad”, indicó.
El director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, afirmó que la reforma eléctrica que impulsa el Ejecutivo federal no representa de ninguna manera una expropiación para aquellos que hoy desde conglomerados privados ofertan ya el 46 por ciento de la energía en el país.
“Ese 46 por ciento es negocio, representa un mercado más grande que el de toda Argentina y Venezuela. No hay expropiación. Se les invita a que participen en un sistema de competencia entre ellos y bajo control y regulación del gobierno mexicano; pueden crecer o invertir, pero bajo el control de gobierno, pues la electricidad en conjunto se convertirá en un sistema de interés público”, afirmó.
Manuel Bartlett recordó que desde la época salinista existen dos figuras: generadores independientes y sociedades de autoabasto, las cuales se afianzaron y fortalecieron con la reforma energética de 2013, con las cuales de forma amañada se indujo la privatización de actividades que eran exclusivas del Estado, esto es, la transmisión, distribución y entrega de la electricidad.
Esa reforma del 2013, que representó un “atraco a la nación”, dijo, “menoscabó derechos históricos de la nación y se otorgaron beneficios ilimitados al sector privado”, con fórmulas de abasto de energía que han puesto en desventaja a la CFE, pues ésta no recibe de dichas figuras de inversión privada pago alguno por el uso de su infraestructura de transmisión –una infraestructura pagada por recurso público durante décadas– y además la Comisión debe solventar las intermitencias diarias en dicho abasto de privados, lo cual merma económicamente a la paraestatal.
Advirtió que de mantenerse este estado de cosas, la CFE está condenada a la extinción, y en manos privadas -fundamentalmente de empresas como Ibedrola, otras italianas, así como fondos de inversión internacionales cuya cara no es visible- lo que ocurrirá será que la inversión en energía se concentre en los espacios territoriales que resulten de interés de negocios, como grandes ciudades, y se abandone a las localidades rurales, generando una mayor desigualdad social en México y también una desigualdad entre los agentes del medio rural.
Asimismo, ocurriría una elevación incontrolada de los precios de la energía.
Por su parte, la experta en minería y académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, Violeta Núñez Rodríguez, aplaudió que la iniciativa de reforma eléctrica considere estratégicos al litio y otros minerales, que quedarían bajo el dominio del Estado, si bien es cierto que se respetarán todas las concesiones mineras vigentes.
“No se realizará ninguna expropiación”, precisó, desmintiendo así reportes falsos que se difunden en los medios de comunicación.
Lo que ocurrirá con la reforma eléctrica será poner frenos al saqueo minero histórico que ha ocurrido en los recientes 30 años, en el marco de la Ley Minera. “Durante estas tres décadas se extrajo siete veces más oro de lo extraído en los 300 años que duró la Colonia, y el doble en el caso de la plata”, agregó.
Destacó que México cuenta con una riqueza de litio de 1.7 millones de toneladas, y con ello ocupa el lugar número 10 entre los países líderes globales en este mineral, mismo que encabeza, junto con el grafito y el cobalto, la lista de los 17 minerales que el Banco Mundial cataloga estratégicos para la transición energética necesaria para afrontar el cambio climático.
Violeta Núñez subrayó el potencial de demanda del litio. Tan sólo en el espacio de la Unión Europa en 2018 circularon más de 4 millones de autos eléctricos.
Se prevé, indicó, que en 2028 la presencia de estos vehículos, catalogados como una mercancía fundamental para la transición energética, pasará a ser de entre 50 y 200 millones de autos y para 2040 alcanzarán hasta 900 millones.
De allí que el litio tienda a encarecerse agudamente y resulte estratégico para los 23 países del mundo que cuentan con esta riqueza mineral. Actualmente una tonelada de carbonato de litio se vende en China en 41 mil 60 dólares, cinco veces más que lo observado hace un año, refirió.