El agua, elemento vital tanto en el campo como en las grandes ciudades, líquido que en su abundancia denota la salud de un ganado o de una sociedad respectivamente.
Todo esto es importante tomando en cuenta que el músculo de los animales está compuesto 75% de agua y que el mexicano consume más de 63 kilogramos anuales de carne.
La sequía en el sector ganadero es un factor de salud ya que todos los procesos de alimentación se dificultan como la digestión, la recuperación de enfermedades provocadas por virus que adquiere el ganado y la limpieza se hace complicada por lo tanto reduce la calidad del producto procedente de los animales.
Los decesos en ganado por inanición o por enfermedades se agravan y los animales que sobreviven a las sequías se vuelven improductivos debido a la reducción en su ingesta de alimento.
Muchos ganaderos tienen pérdidas millonarias anuales por el cambio climático, ya que ellos toman precauciones de acuerdo a las estaciones del año. También debido al calentamiento global las estaciones se alteran, la temporada de lluvia tarda y el ganado sufre pérdidas y por lo tanto calidad.
A pesar de la falta de agua en varios estados de la república una estadística de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) indica que el país va a la alza en cuanto al comercio exterior de carne.
El cuidado del agua se ha vuelto tema principal en los debates mundiales y en México el gobierno y empresas independientes tratan de resolver el problema, el Coordinador de Asesores de la Comisión de Agua Potable de la Cámara de Diputados, Francisco Núñez Mendoza nos orienta en este tema al mencionar los principales contaminantes del agua en el país:
“Los contaminantes del agua se clasifican en dos categorías: Inorgánicos y orgánicos. Los inorgánicos son esos que contienen sustancias químicas peligrosas. Los orgánicos son desechos producidos por seres vivos.
En México, los principales contaminantes son: los desechos industriales, desechos provenientes de hospitales, desechos domésticos y los desechos agrícolas.
Gracias a la demanda de alimentos en el país, las zonas de producción agrícola han requerido usar técnicas para mejorar la producción de alimentos, tales como los fertilizantes y/o pesticidas e insecticidas. Estos productos son introducidos en la tierra, y por consiguiente al agua, provocando el crecimiento de bacterias y sustancias tóxicas en el agua que pueden ser nocivas para nuestra salud y causarnos daños pulmonares. Genera aproximadamente, el 12% de aguas residuales en México”.
Debido a esto Francisco Núñez nos detalla a continuación el tratamiento del agua recaudada de lluvia y ríos para tratarla, limpiarla y finalmente poderla utilizar en el riego.
El primer paso es la filtración del agua para eliminar los residuos sólidos o de mayor volumen que puedan estar contenidos en el líquido. En este paso el líquido será pasado por diferentes etapas en las que se removerá toda la basura de diferentes tamaños, para que el agua pueda pasar libremente por las tuberías hacia las cámaras de depuración.
En la segunda etapa del proceso de depuración del agua residual, el líquido es colocado en tanques de sedimentación, en donde el estancamiento permitirá que se asienten los residuos en el fondo y se efectúe una clarificación primaria del agua que facilite el tratamiento posterior.
Como siguiente proceso en el tratamiento de aguas residuales se utilizan procedimientos biológicos aeróbicos para promover la desintegración del material contaminante presente en el agua. Las bacterias que se desarrollan gracias al medio aérobico al que se expone el agua favorecen la eliminación de los residuos biológicos, con lo que se logra depurar en gran medida el líquido.
Por último el agua es trasladada a cámaras finales de filtrado en donde se eliminan los últimos residuos que puedan permanecer en el líquido para ser trasladado a cámaras en las que se realizará el tratamiento a nivel químico. Este tratamiento puede incluir la aplicación de diferentes procesos, como filtración a través de carbón activado, aplicación de cloro o sometimiento del líquido a rayos ultra violeta.
Este último paso dependerá de las disposiciones propias de la planta de tratamiento y del nivel de depuración que se pretenda conseguir en el vital líquido, así como de las condiciones específicas del medio ambiente en el cual será liberado procurando mantener la composición del afluente natural para no afectar al entorno en el que será introducida.
Fuente: USDA